Nadie puede resistirse al cambio, resistirse al cambio es como resistirse al paso del tiempo, una batalla perdida de antemano. Cambiar es inevitable. El cambio es la esencia de las cosas, de nosotros. Cambio es revolución y obvio, ninguna revolución puede ser amable, confortable, cómoda.
Un día, te das cuenta que lo que ayer veías de una manera hoy lo ves de otra, cosas que antes ni veías de pronto las empezás a ver en todos lados. Es como un despertar. Y cuando eso se despierta todo cambió, nose puede frenar.
Hay cambios que llevan tiempo, pero a veces es tiempo de cambiar. A veces hay que ponerse los pantalones largos, tomar la iniciativa y hacer el cambio. Saber a qué cambios o cuando es tiempo de cambiar es algo muy difícil, pero tal vez de eso se trate. Darle tiempo a algo es dejarlo madurar, es tener la valentía de saber esperar. Dejar pasar el tiempo es tener la cobardía de no hacer lo que querés hacer cuando lo querés hacer. Que el tiempo pase y el cuerpo te cambie es natural, no dejar pasar el tiempo y cambiar eso es madurar. Madurar es tal vez aceptar los cambios que vienen con el tiempo y saber cuándo es tiempo de cambiar.